Disoluciones concentradas
Disoluciones concentradas
Las soluciones diluidas son aquellas que se caracterizan por ser las mezclas bases de todas las demás, especialmente porque son las que cuentan con la menor cantidad de soluto de todas. Estas sirven para medir las cantidades faltantes o sobrantes de una mezcla y para alcanzar la concentración requerida.
Ahora bien, cuando hablamos de las disoluciones concentradas, estamos hablando de aquella mezcla homogénea que cuenta con una cantidad de soluto indicada, e incluso mayor, en cuanto a la cantidad de solvente existente en la mezcla. A partir de una solución diluida puede surgir una concentrada, si se le agrega más soluto, mientras que una disolución concentrada puede volverse una diluida, siempre que se le añada más solvente.
Cuando se habla de la concentración dentro de la mezcla, se habla directamente del rango de valor en cualquiera de sus propiedades. Es decir, en una mezcla con distintos solutos, uno de ellos puede estar elevado. Un ejemplo de esto es una merengada de cambur, en donde el azúcar sea el soluto concentrado. Esto tiende a adivinarse gracias a su sabor, el cual será muy dulce.
Las disoluciones saturadas son aquellas que contienen altos niveles de soluto en cierta cantidad de solvente, en donde este soluto puede estar relativamente igual al que se encuentra en una solución concentrada. La diferencia entre ambas mezclas radica en que en la solución concentrada no se necesita calor adicional para seguir añadiendo soluto, mientras que para seguir añadiendo soluto a una mezcla saturada, es necesario elevar su temperatura.
Cuando a una mezcla se le agrega demasiado soluto gracias a la elevada temperatura de la misma, acaba convirtiéndose en una mezcla sobresaturada, las cuales tienden a precipitarse una vez que se le mueve de forma brusca o, en su defecto, no se eleva su temperatura y se añade más soluto.
Ejemplos:
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